jueves, 3 de octubre de 2013

Ricardo Benaim, artista plástico caraqueno

Maria Elena Mendoza E.
“Quien no participe en la redes sociales... verá al tren pasar”

Egresado del Instituto de Diseño Fundación Neumann de Caracas en 1972, Ricardo Benaim estudia técnicas de grabado en el Atelier 63 de París, entre 1980 y 1984. En 1986 ingresa en el Pratt Institute de Nueva York, donde también se desempeña como docente. A su regreso a Venezuela en el 1990, se instala en su casa-taller en la Quinta Papeles de Altamira, donde desarrolla su obra personal , convoca a artistas para el desarrollo de proyectos y exposiciones colectivas y ejerce como docente en el postgrado de pintura en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas, Armando Reverón.
A comienzos de la década de los 90 su obra da un giro extraordinario que no se hubiera podido predecir en sus gráficas preciosistas e íntimas de los ochenta. El objeto estético se transfigura entonces hacia una actitud y una dinámica de relaciones que encontramos en los proyectos: Un marco por la tierra, Proyecto Mapa, El Cóndor, Utopías Latinoamericanas, 25%, Postales utópicas, GAIA, y El Banco Central del Cóndor, (…) (del libro UTOPÍA-2010)
Su trabajo personal va evolucionando, la visión de lo ecológico se amplía para abordarla desde un aspecto más holístico e integral: la estructura del cosmos y nuestro lugar en él, la ecología social, las relaciones entre países.
Benaím trabaja activamente desde todas las aristas del país, su recuperación, su optimismo y su luz.
Su reciente exposición “Testigos de Luz”, que se llevó a cabo en los espacios de Jardines de La Trinidad, nos ofreció  trece piezas escultóricas para exteriores que representan el resultado de los últimos dos años de incursión en los territorios relacionados con la luz y las bondades del vidrio.
“He estado trabajando en los  vitrales para la Sinagoga Tiféret Israel del Este, y ese vasto contacto con  el vidrio, me permitió descubrir la potencialidad e inspiró en mí una exploración más profunda acerca del tema.
De un encuentro entre artistas especialistas en la artes del fuego en torno a la exposición Testigos de Luz, surgió la idea de convocarnos a un nuevo proyecto expositivo. Inspirados por la demencia de la Loca Luz Caraballo e iluminados por el maestro Caravaggio, (Michelangelo Merisi ) como el mago de la luz, y del claroscuro, surgió el nombre de“Luz Caravaggio”, una colectiva, que se inaugura el 02 de noviembre en la Galería Arte Estudio 8, bajo la curaduría de Sandra Pinardi. Esta exposición tiene como premisa ser un concierto de objetos luminosos donde treinta creadores expresarán desde sus espacios íntimos obras con luz tratando de mostrarnos la visiones esperanzadoras y las endijas luminosas a nuevos nortes.
¿Cómo defines tu trabajo?
“Podría decir que mi trabajo en general, viene de un peculiar acercamiento  al orden del universo, a mi deseo de explorar su diseño perfecto. Este deseo es un sentimiento casi religioso. En las religiones, el ritual es la forma mística de acercarnos a estrados más elevados.
En mi obra, el ritual está en el gesto, en la repetición y en la actitud de atención hacia mi conexión con territorios no verbalizables.
Muchas de las obras surgen a partir de la repetición de un objeto básico como una barca, o el arquetipo de una barca, repito impulsivamente la misma forma en diferentes soportes de papel, con tintas, pigmentos y técnicas, como si fuera un mantra, hasta que se asimila, ya no en la mente sino en la energía del cuerpo. Cuando logro ese momento, la obra se da con libertad y armonía, es el reflejo de una forma que trasciende el concepto visual”.
Hoy en día es cada vez más frecuente encontrar en bienales y salones, en museos y galerías de arte contemporáneo, propuestas que podrían estar vinculadas, más que con el arte, con las ciencias naturales y sociales –antropología, política, lingüística, psicología, etc.
En esta expansión del quehacer artístico no es de extrañar que un artista como Ricardo Benaím esté planteando una acción política incursionando en los territorios  de la macroeconomía. La creación de una moneda para América del Sur, que unificaría la región tal como lo ha hecho el euro en Europa. El Cóndor, como se denomina esta divisa, es parte fundamental de la propuesta de integración latinoamericana que desde el arte ha venido desarrollando el artista.
Benaím  como presidente del Banco Central del Cóndor, ente emisor de la moneda única, ofrece el proyecto al colectivo: cada país cuenta con una sede del banco y su Presidente es un artista que diseña los billetes locales, se encarga de emitirlos y también de ponerlos en circulación. El cóndor apunta a un futuro de integración. Cada vez que un cóndor cambia de mano, cada vez que circula, también circulan nuestros proyectos y sueños, que se expanden y concretan”, palabras de Benaím.
En el 2002 vino a Caracas Robert Mondell, ganador del Nobel de Economía y conocido como el padre del euro. Benaím no perdió la oportunidad de conocerlo y darle una moneda a quien se había atrevido a plantear primero que nadie este camino de la divisa común. En este encuentro, Mondell le aseguró «(…) nosotros hicimos muchos esfuerzos por cambiar la mentalidad de la gente y sólo después de ese largo esfuerzo, logramos tener un billete impreso. Si hubiéramos tenido una moneda acuñada, como ésta, nos habríamos ahorrado por lo menos tres años de trabajo».
Benaím sabe que muchas veces el arte anticipa la realidad, la hace más posible, más palpable, más urgente. Sencillamente se ahorra todo discurso y estudio de factibilidad: acuña la moneda, imprime el billete y es así como se materializan las ideas.
“Apuntamos hacia la integración, y éste es un ideal que no me pertenece a mí solo, nos pertenece a todos. Puede parecer un lugar común, pero es un punto de vista crucial, no estoy apegado a nada en esta propuesta que impida su desarrollo; la moneda o el banco pueden cambiar de nombre, de estrategia, y las riendas están disponibles a ser tomadas por cualquier persona con entusiasmo e interés en desarrollarla. En realidad no veo la hora de que los políticos y economistas del continente se hagan cargo (…)». (Ricardo Benaím, entrevista para la revista Veintiuno, 2006)
¿Cómo es el presente y futuro artístico en Venezuela?
“Los venezolanos hemos pasado por tiempos difíciles, pero nos hemos crecido en las dificultades. Nunca hemos abandonado esa curiosa idiosincrasia de responder con optimismo y con intuiciones certeras, porque venimos de un país que nos brindó a cada uno de nosotros oportunidades y posibilidades inmensas, y desde esa abundancia respondemos con positivismo.
Hemos evolucionado y madurado mucho a través de lo que hemos atravesado y hemos aprendido a adaptarnos y a fortalecernos para enfrentar el futuro. La Vino Tinto es el mejor ejemplo. Nos dio una lección de UNIDAD, optimismo y tenacidad. Venezuela no se rinde y los artistas tampoco. El deporte nos ha reunificado, el arte…? todavía no.
Si me preguntas cuál ha sido mi mejor momento, debo decir que mañana será el mejor momento, y si me lo preguntas mañana, esa misma será la respuesta.
¿Cuándo descubriste que querías ser artista?
“A partir de los 30 años salí de la publicidad, donde era un creativo, y mi padre coleccionista,  empecé a ver el arte en su verdadera dimensión, me di cuenta que crear es lo que me gusta y que esa era mi fortaleza; conecté entonces esa fuerza creadora, a mis inquietudes existenciales, íntimas, filosóficas y políticas.  Cada obra, es parte de una evolución, es como un fotograma que consolida un momento en todo un proceso de creación”.
¿Cómo estás relacionado con la nuevas tecnologías?
“El aporte de las tecnologías en relación con las comunicaciones ha sido impresionante.  El uso de la Web y el 2.0 me ha hecho invertir algunos espacios importantes de mi tiempo pero he  recibido a cambio una cantidad de beneficios que supera con creces mis expectativas. Parte del asunto es  tratar de comprender como un artista puede sacar provecho de las nuevas tecnologías en relación a la información compartida, la comunicación, la fluidez para la difusión y promoción de eventos e ideas. Un Nuevo reto, que he asumido con responsabilidad, contrastando con una actitud muy lúdica empujando los índices a un tablerito de plástico, sabiendo que no es una hora perdida, sino muy bien invertida. El artista que no se monte en las tecnologías de las redes sociales… verá el tren pasar.
Es impensable no estar en las redes sociales cuando te das cuenta que en un minuto, un pueblo puede organizarse y desarrollar acciones grupales o globales como ha sucedido en Egipto, Libia, con los indignados en España e Inglaterra
¿Cuál crees que es la diferencia entre Arte BA y la FIA?
“Arte BA es una feria  nueva, (tres años ) y surge de una Argentina pujante y próspera , Nuestra FIA, empezó hace veinte años , con mucho más proyección que Arte Ba, pero el deterioro económico, y la desconfianza del país y su moneda, desde el exterior han afectado el desarrollo de nuestra feria, aunque  en esta  última , más discreta y más modesta, se percibía un entusiasmo y una ganas de seguir creciendo que transpiraba esa extraña y magnífica bondad que hemos heredado, de convertir en valores las adversidades.  Veo el futuro de las artes en nuestro país con un crecimiento asombroso, quizás no en lo colectivo, o grupal, pero percibo que cada creador que ha asumido su compromiso, está pasando por su mejor momento.
Soy un enamorado de Venezuela y haré siempre lo que esté a mi alcance para responderle como lo hacen los enamorados ante el amor de su vida: responder con amor al amor”.
Su activa trayectoria ha colocado a Benaím en exposiciones individuales en numerosos países y ha representado a Venezuela en la I Bienal de Mercosur, IV y V Bienal de La Habana, IV y VII Bienal del Caribe en Santo Domingo, IV Bienal de Cuenca, I y II Bienal Iberoamericana de Lima, II y IV Bienal Barro de América en Caracas y Sao Paulo.
Ha sido merecedor de diversos reconocimientos a lo largo de su trayectoria plástica: el Premio Pintura Juan Lovera y el Premio Dibujo Armando Reverón, en el Salón Arturo Michelena, Ateneo de Valencia (1993-92, respectivamente); el Primer Premio de la Bienal Iberoamericana de Artes Gráficas realizada en Mocha, Nueva York (1984), y el Premio de Dibujo otorgado por la Fundación Juan Miró de Barcelona, España (1982).
Su obra está representada en diversos museos e instituciones públicas y privadas, entre las que se encuentran: Galería de Arte Nacional de Caracas; Museo de Bellas Artes de Caracas; Museo de Arte Contemporáneo de Caracas; Ateneo de Valencia, Venezuela; Museo de Arte Moderno Jesús Soto de Ciudad Bolívar; Museo de Arte Moderno de Nueva York; Museo de Arte Moderno de Bogotá; Museo de Arte Contemporáneo de Lima; Museo de la OEA, Washington; Colección Banco Mercantil y Colección Fundación Polar, Caracas. 



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