jueves, 3 de octubre de 2013

Leopoldo López, de astronauta a Alcalde a los 28 años

La Juventud tiene que asumir que el futuro es el presente, es hoy

Maria Elena mendoza E.

Estar seguro de saber lo que se quiere, trabajar para alcanzar las metas, dentro de los valores y los principios de hacerlo en función del beneficio de los ciudadanos, es lo que ha conducido a este joven a iniciar y permanecer incansablemente luchando por la construcción de un mejor país. Su vida es su trabajo, es imposible separar ambas facetas en el exitoso Alcalde de Chacao.

¿Cómo fue la niñez del Alcalde Leopoldo López?
- Yo tuve la gran suerte de crecer en una casa donde el tema de Venezuela, del país, lo que ha pasado y sucede en Venezuela, siempre fue tema central de las conversaciones en mi casa. Especialmente por quienes fueron mi abuelo, mi padre, mis tíos. Mi abuelo Leopoldo López estuvo exiliado 14 años; mi bisabuelo, preso 10 años durante la dictadura de Juan Vicente Gómez; mi abuelo materno, Eduardo Mendoza Goiticoa, fue ministro de 1945 a 1947, a la misma edad que yo tenía cuando llegué a la Alcaldía, a los 28 años de edad. Mi abuelo renunció entonces frente a una política pública con la que no estaba de acuerdo. Siempre mantuvo una posición muy firme en cuanto a lo que hacía y por qué lo estaba haciendo.
Yo en lo personal nunca pensé en hacer otra cosa que no fuera el servicio público, siempre fue mi vocación.

Pero, en ese entonces era otra Venezuela…
- Es verdad, pero también te puedo decir que ser servidor público, es a lo que también me quiero dedicar los próximos 30 o 40 años. Ahora ¿cuál va a ser el contexto? No lo sé, pero esa es mi vocación. Es igual que cuando le preguntas a un hombre que quiere ser sacerdote, es por vocación.
Igual para un médico que se gradúe hoy, mañana tendrá que trabajar con otra tecnología, pero no dejará de desearlo por no saber que le depara el futuro.

¿Cuándo eras pequeño, y te preguntaban qué querías ser cuando fueras grande, cuál era tu respuesta?
- Bueno eso depende de la edad que tienes cuando te lo preguntan, pero yo recuerdo una conversación con mi abuelo López, donde le dije que quería ser astronauta. El me dijo “para que Venezuela ponga un cohete en el espacio todavía falta tiempo, así que mejor busca otra profesión mientras tanto”. Recuerda riendo, entonces le dije que sería algo con lo que pudiera ayudar al país.

¿Y tus sueños siempre estuvieron centrados en eso, en ayudar al país?
- Si, siempre en el servicio público, yo estudié y me formé para esto. Estudié Filosofía y Economía y luego hice un postgrado en Políticas Públicas, en la Universidad de Harvard. Cuando regresé, trabajé en Petróleos de Venezuela por tres años. Tenía 25. Y luego me dediqué a la política.

¿Qué regalos te hacían feliz?
- Nunca fui muy dado a los regalos. No era algo que me preocupaba. Nosotros somos tres hermanos. Diana, la mayor y Adriana la menor. De verdad era un niño como cualquier otro y estaba muy dado a los deportes toda  mi vida. Nadaba en el Colegio Santiago de León de Caracas, donde estudié educación básica y bachillerato. Siempre he corrido, he subido las montañas más altas  del continente americano: el Apamayo, el Cotopatzi, Guacarán, Chacraraju, el Pisco, y por supuesto el Bolívar, el Humboldt y para mí lo que es el andinismo, el escalar, llena mucho porque estás buscando un norte, estás buscando una cima, y donde el verdadero deporte es el camino, el andar, y lo difícil es llegar.

¿Fue difícil llegar?
- Cuando yo me lancé a Alcalde nadie daba medio por mí. Nadie creía que yo podía llegar a nada. Recuerdo una conversación con un dueño de encuestadora muy famosa que me dijo: “yo no pondría ni un medio en tu campaña”, y yo le dije que por eso es que él nunca sería Alcalde, “el que va a ser Alcalde voy a ser yo”.
Me dediqué a hacer una campaña casa por casa, en casi todas las viviendas del municipio. Caminé por todo Chacao escuchando y entendiendo a los habitantes, y contra todas las expectativas, gané.
El reto se lo pone uno mismo; eso fue un reto en ese momento y lo conquistamos.

¿No crees que hoy vemos pocos jóvenes interesados en servir al público?
- No, yo creo que depende de lo que quieran los jóvenes. Creo que los hechos recientes que hemos vivido han reactivado a un sector universitario como punto de referencia, como un punto de reflexión, de protesta constructiva, de organización y ojalá eso continúe. Pienso que el tema con la juventud, muchas veces está en plantearse que los jóvenes son el futuro y, eso es un gran error, es una manera paternalista de ver a la juventud. Yo pienso que la juventud tiene que asumir el presente y punto. Tiene que asumir su reto ya. No puede esperar a que termine sus estudios, porque después tiene que tener los primeros años de experiencia laboral y así se va postergando. No, tú tienes que asumir un compromiso con el país desde donde estés, en la empresa privada, no sólo el sector público. Eso es sumamente importante entenderlo en el presente y no en el futuro, porque verlo de esa manera ya te pone el compromiso en un segundo plano, más allá del hoy.

¿Qué es lo que tú más deseas en este momento?
- Mi deseo es que nosotros pudiéramos apuntalar un país, que vaya conquistando sus propios retos, y que esos retos vayan en función de la mejora de todos los venezolanos, y eso no es lo que está pasando hoy en día. Mi mayor deseo es que todos los venezolanos construyamos la Venezuela que queremos, la de más productividad, amplitud, justicia, tolerancia.

¿Crees que ese mensaje ha trascendido a las nuevas generaciones?
- Siento que la juventud está despertando independientemente de su posición política. Además no es sólo desde ese ángulo. Tú lo ves en otros ámbitos. Hoy en día existe en toda Venezuela toda una expresión de creatividad interesante que se está dando con nuestros artistas, cantantes, con toda una expresión cultural que está allí, que la están dando los jóvenes. Pero tenemos que ver cómo hacemos para que todos vayamos en ese barco hacia la misma dirección.

¿Cómo concilias tu vida personal con tu vida profesional?
-  Siempre está el espacio. Hay espacio. Pero es que mi vida es esto. Hay gente que separa la vida del trabajo, pero para mí, mi vida es esto. Yo esto lo hago porque estoy eternamente agradecido a Dios de que me haya dado la oportunidad; siempre asumo la responsabilidad de poderle dar gracias a la vida que me ha brindado esa posibilidad de poder hacer mi trabajo, logrando convencer a más gente de lo que estamos haciendo, de incorporar a más gente en lo que significa nuestro proyecto. No separo el trabajo de mi vida.  No es un problema. Pero por supuesto que la vida privada de cada persona es muy importante también. Tengo tiempo para hacer lo que me gusta.

¿Te consideras un hombre exitoso?
- He tenido, conjuntamente con un equipo de trabajo, la posibilidad de darle soluciones y respuestas a mucha gente y creo que, si ser exitoso es darle respuestas a los problemas de la gente, entonces te lo diría en plural, no en singular: hemos sido exitosos en nuestra gestión.
Esta gestión no es sólo de un Alcalde, es de un equipo de personas, desde directores hasta obreros, porque estamos comprometidos con lo que estamos haciendo, con un norte, con unos valores y con unos principios. Hemos sido exitosos.

¿Es el trabajo en equipo lo determinante?
- Seguro, si me preguntas cuál es el mayor logro que tenemos, digo  que es el equipo con el que contamos. Con ejemplos palpables: la escuela Juan de Dios Guánchez, el Ambulatorio de Altamira, el Ambulatorio de La Castellana, el Gimnasio Vertical, la avenida Francisco de Miranda, el parque del Caballito, parque Humboldt, el Centro Deportivo Eugenio Mendoza, que vamos a inaugurar próximamente.

¿Qué significa para tí el miedo?
- El miedo es una inspiración para vencer la adversidad. Y la adversidad es una oportunidad, el miedo está para superarlo.

¿Y qué es el amor?
- El amor es el desprendimiento, el compartir.  El amor tiene muchas dimensiones por supuesto.

¿Qué ha sido lo más difícil para Leopoldo López?
- Quizás lo más difícil precisamente ha sido entender la adversidad como una oportunidad. Todas las adversidades. Nosotros hemos llevado una gestión en donde hemos luchado contra viento y marea. Es decir, es entender la adversidad como una oportunidad, por eso te digo cuando me preguntas sobre las dificultades, que yo trato  de que todos nos las planteemos como oportunidades, porque el día que nos subordinemos a una dificultad, ese día perdimos la pelea, perdimos el foco y la estrategia.

¿Y lo más gratificante?
- Es ver la escuela Juan de Dios Guanchez llena de niños, mirar a la gente paseado por la avenida Francisco de Miranda, observar a la gente ser bien atendida en Salud Chacao o caminar de noche, saber que una ambulancia recoge oportunamente un herido después de un accidente de tránsito, ver los policías de circulación atendiendo una emergencia, eso es una gran satisfacción. Saber que todo eso está enmarcado dentro de una manera de hacer las cosas, dentro de una visión, una puesta en práctica de una serie de políticas públicas que hemos venido diseñando. Para mí es un honor graduar un grupo de funcionarios de la policía municipal, que pueden salir a la calle a resguardar a las personas. Con ellos comparto mucho y salgo a correr, conversamos sobre los valores y del porqué estamos haciendo lo que hacemos.
El servidor público tiene que tener como su satisfacción, el prestar un servicio al prójimo y que sea un servicio que sale del corazón, que viene desde adentro.
No parece fácil pero lo es, porque cuando tú te amarras a lo que significa vivir la vida como un servidor público y ayudar a las personas, hay inmensas satisfacciones.

¿Y eso tiene que ver con lo religioso, eres católico?
- Si yo soy muy religioso, voy a misa, leo sobre mi religión, soy católico, trato de formarme y de vivir la vida en función a unos valores y a unos principios que al final del día son los que lo blindan a uno. Le doy gracias a Dios por la formación que he tenido, que me ha dado un marco de valores y principios de cómo enfrentar situaciones difíciles o fáciles. Pero el que está metido en un camino como éste y no tiene unos valores sólidos, le es fácil perderse. Es muy fácil tener tentaciones equivocadas, es muy fácil tomar decisiones que luego pueden poner a la persona al margen de lo que predica. El que predica lo que no vive, no está viviendo de una manera coherente. Siempre lo hablo con el equipo, que los valores son de las fortalezas más preciadas que tenemos. Tu puedes ser minoría, pero si tienes la fortaleza de tus valores por dentro, que te motiva y te despierta todos los días, no preocupado sino ocupado, y te acuestas cansado pero sabiendo que trabajaste, eso es lo importante.

¿Y duermes tranquilo, te desconectas cuando te acuestas?
- Si, yo duermo muy bien, cinco horas diarias, y al poner la cabeza en la almohada, me duermo en siete minutos, dice sonriendo de nuevo.

¿Si tuvieras que hablarles a esos jóvenes que no han descubierto que el futuro es el presente, qué les dirías?
- Les diría que asuman su responsabilidad como personas y como ciudadanos. Que cada  quien desde su trinchera esté en función de hacer todo lo mejor por su país: el músico haciendo mejor música, el empresario siendo un empresario honesto, con responsabilidad social, el estudiante asumiendo el privilegio de ser estudiante en un país donde tres de cada diez muchachos llegan a la universidad, todo en función de la construcción de un mejor país.

Así dejamos al Alcalde de Chacao, Leopoldo López, un hombre común, amable, tranquilo, con una vida sencilla, unos principios firmes y un horizonte definido que desea una mejor Venezuela para los venezolanos. Seguro de si mismo, de lo que hace; y agradecido a Dios y a la vida por haberle brindado esa posibilidad: trabajar para lograr una sociedad justa y feliz.



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