@marielmendozae
A Miro
Popic le gusta cocinar desde siempre, desde que recuerda. Un buen día en 1980
el periodista se quedó sin empleo y la Navidad estaba cerca. Algo preocupado
por la fecha y la falta de liquidez para pasarla bien, conversó con su vecina
Cecilia Todd, quien le comentó que élla, desempleada también, haría hallacas.
Popic lo pensó, y lo dijo: yo voy a hacer pan de jamón. Esta conversación en el
porche del vecindario, con la cantante venezolana le dio un giro de 360 grados
a Miro Popic: El pan de jamón lo hizo más célebre en ese entonces que las
letras que publicaban los medios de comunicación.
“Mi
cuñado que era ingeniero y estaba desempleado también, era el repartidor de los
panes y ese diciembre no tanto, pero el segundo año de esta aventura panadera
artesanal, el negocio dio frutos importantes”, relata el crítico gastronómico
con sonrisas propias del recuerdo grato.
Sus
colegas periodistas lo invitaron a programas de radio y hasta fue la portada de
la revista Pandora del diario El Nacional, todo por el pan de jamón. Sin duda,
Miro Popic se convirtió en el creador de la historia documentada del plato
venezolano. Como periodista al fin decidió que ese triunfo tenía que
documentarse y fue así cuando comenzó a investigar los orígenes del manjar
navideño. Según Miro Popic, el pan de jamón nació en Caracas.
“De
acuerdo a lo que investigué, fue creado por Gustavo Ramella en su panadería
ubicada de Gradillas a Sociedad, en diciembre de 1905. En aquel entonces sólo
llevaba jamón como relleno. Su rápida aceptación provocó que otras famosas
panaderías, como las de Montalbán y Banchs lo incorporaran a su oferta,
anexándole un ingrediente, las pasas. Probablemente para darle un toque dulce. Hacia
1920 el relleno se enriqueció con la incorporación de las almendras, aceitunas,
nueces y alcaparras”, explica Popic. "Aunque
la harina de trigo sea importada, así como las aceitunas y las pasas, y los
cerdos sean criollos pero no la técnica de hacer jamón, el pan de jamón es
nuestro, sin necesidad de tener que nacionalizarlo para poder darle su carta de
ciudadanía".
Posteriormente,
gracias a su atractivo, contenido alimenticio y calidad, su consumo se fue
extendiendo por todo el país. Terminando el siglo XX el pan de jamón parece
haber logrado finalmente su punto de equilibrio: una masa con jamón, aceitunas
rellenas y pasas que se consume en cada rincón de Venezuela durante las
festividades navideñas.
Autor de
la columna Buen Beber en la revista Todo en Domingo, de El Nacional, y del
espacio Misión Gula, en el diario Tal Cual, sobre temas gastronómicos, Miro
Popic ha escrito durante treinta años la Guía Gastronómica de Caracas, que
certifica la calidad de la mayoría de los restaurantes de nivel medio y alto de
la capital, y entre sus libros “El libro del Pan de Jamón”, que surge como una
serendipia después de vender el rico pan, por encargo, en una Navidad de
desempleo.
“El libro
se agotó, no se consigue ya. Impreso por Ermitano, ya desaparecido, el libro es
uno de los escasos documentos informativos sobre el pan de jamón, expresa Miro
Popic quien, al investigar la historia del sustancioso pan, no
encontró
una receta casera hasta 1979, más de siete décadas después de que lo inventasen
en Ramella, ya desaparecida. De los editados en Ermitano conservo un ejemplar
en mi casa. La buena noticia es que el año que viene lo editaremos de nuevo, no
el mismo de los 80 sino mejorado y enriquecido con otras recetas y otras
historias”.
Todos los
ingredientes del pan de jamón son originarios de Europa, aunque los
fundamentales, la harina de trigo y el jamón de cerdo, eran importados de
Estados Unidos en las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del XX.
Las
piernas de jamón envueltas en telas de gruesos hilos pesaban siete u ocho
kilogramos al ser despachadas, pero durante la travesía de semanas hasta Caracas
perdían hidratación y peso,quedando en cuatro o cinco kilogramos.
Los
comerciantes entonces tomaron por costumbre deshuesar la pierna y rellenarla
con ingredientes que dulcificaban y rehidrataban el jamón, en tanto se le
compactaba en planchas y se le hacía recuperar el peso y, con ello, el valor
original.
Allí
nació para los venezolanos su gusto también navideño por el "jamón
planchado",
con aderezo de piña y otros frutos, y sin duda inspiró a algún panadero de la
casa Ramella para darle el uso más rendidor que encontró a porciones sobrantes
de sus jamones.
RECETA DEL PAN DE JAMON
(para 4 panes regulares)
Ingredientes:
2 kilos de harina de trigo
350 gramos de mantequilla sin sal
1 litro de leche
1 kilo de jamón cortado en rebanadas
250 gramos de tocineta rebanada
250 gramos de pasas
500 gramos de aceitunas sin semilla
Azúcar
Sal
250 gramos de papelón
2 cucharadas de levadura granulada
1 huevo
Agua
Preparación:
Se
entibia 1 1/2 taza de agua y se disuelve en ella 1 cucharadita de azúcar.
Se vierte
el agua tibia en un recipiente mediano y se agregan 2 cucharaditas de levadura
granulada.
Se cubre
con un paño y se espera 15 minutos hasta que la levadura crezca.
Se
calienta la leche, sin que hierva, y se disuelven 250 gramos de mantequilla, 1
cucharada de sal y 1 de azúcar.
Sobre la
tabla de amasar se mezclan 2 kilos de harina con la leche y la levadura disuelta
en agua. Es recomendable revolver con las manos y agregarle leche y harina si
es necesario, hasta que la masa no se pegue en los dedos. Se hace con la mezcla
una bola, se comienza a amasar estirando y plegando la masa, haciendo presión
con la base de la mano, hasta que desaparezcan los grumos. Se deja reposar por
una hora cubierta con un paño húmedo, evitando que la tela toque la masa. La
bola debe duplicar su volumen. Luego se amasa nuevamente. Con un cuchillo se
corta en cuatro porciones iguales. Con un rodillo se amasa bien cada
bolita estirándola hasta lograr un rectángulo muy delgado. Se cortan las partes
irregulares y se cubre la masa con un poco de mantequilla.
Se coloca
una capa de jamón para cubrir la masa sin que llegue a las orillas, se distribuyen
las pasas, las aceitunas picadas, y se ponen lonjas de tocineta en el medio y
en los extremos.
Con el
agua en la que han remojado las uvas, se humedece el extremo inferior de la
masa, por donde se va a cerrar el pan. Se enrolla el pan, cuidando que la unión
de la masa quede hacia abajo al final. Se pone en una bandeja metálica
enmantequillada y con un tenedor se abren pequeños huecos. Los extremos deben
apretarse bien para que no se salga el relleno.
Se mete
al horno previamente calentado a 230 grados, hasta que esté doradito.
Se
disuelve papelón en un poco de agua caliente para preparar un melado espeso.
Se cubre
con la preparación los panes cuando estén empezando a dorarse. Se vuelven a
poner en el horno. Al estar listos se sacan y se dejan reposar por unos 20
minutos.
Miro
Popic, que hace panes de jamón desde 1979, inspirándose en una receta de
Claudio Nazoa, recomienda precalentar el horno unos 20 minutos antes. Una vez
puestos los panes, no abrirlo hasta 20 minutos después. Cuando estén dorados,
bajar la temperatura a 180 grados hasta completar el tiempo de cocción.
“El pan
de jamón es el primer plato que, en vez de salir de los fogones de la cocina
venezolana a las mesas universales de los restaurantes o panaderías, nace de
los hornos industriales hacia las mesas de los hogares venezolanos, destaca
Popic, contrario a los demás platos que conocemos”.
Luego de
algunas navidades de cocinar el pan de jamón por encargo, Miro Popic retomó sus
actividades de editor, particularmente con la Guía Gastronómica de Caracas.
Atrás quedaron los días en que el exquisito manjar navideño lo hiciera más
famoso, por esta receta que entonces versionaran tantos humoristas, actrices,
sibaritas y hasta colegas.
La
hallaca y el pan de jamón son los platillos emblemáticos de la Navidad en
Venezuela. Sin embargo, según Miro Popic, la hallaca es meso-americana, pero el
hallazgo en su investigación arroja que el pan de jamón puede considerarse como
el más venezolano de los dos.
twitter:
@miropopiceditor
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