miércoles, 10 de diciembre de 2014

Se puede ser fiel toda la vida


Maria Elena Mendoza E.
@marielmendozae



Jamás pensé encontrarme en Wikipedia la definición de fidelidad en los términos en que aparece y que transcribo a continuación:
La fidelidad es la capacidad espiritual, el poder o la virtud de dar cumplimiento a las promesas. Prometer es una acción soberana; revela una gran soberanía de espíritu, ya que exige decidir hoy lo que se va a hacer en adelante, bajo condiciones que no se pueden prever. El que promete corre un serio riesgo porque se compromete a actuar de la forma que hoy juzga óptima en situaciones que pueden llevarle a pensar y sentir de modo distinto. El que es fiel cumple la promesa a pesar de los cambios en las ideas, las convicciones y los sentimientos, que pudiera provocar el tiempo. El que promete se adelanta al tiempo de modo lúcido y libre. El que cumple fielmente lo prometido lo hace consciente y voluntariamente. ¿Qué es lo que mueve su voluntad a mantenerse fiel? Es la decisión de crear su vida en cada instante conforme al proyecto establecido en el acto de la promesa.
Analizando cada frase y cada letra entendemos la fidelidad como un compromiso y capacidad de mantener las promesas hechas a uno mismo, a la pareja y al proyecto de vida que se escoja.
Sin embargo, en la cultura hispana, la fidelidad de pareja parece haber sufrido mutaciones emocionales que justifican la inobservancia de las promesas, explícitas o tácitas, que se hacen los enamorados cuando se juran amor eterno, en la intimidad de la relación o en el altar de una iglesia.
Roberto (*) es latino. Ha estado casado por 36 anos con su novia de 6 años y medio, y de esa unión matrimonial tienen tres hijos. Para él, quien asegura haber sido fiel todo este tiempo, (y nosotros le creemos) la fidelidad es diversa e implica sobre todo ser fiel a uno mismo y a sus valores.
“Existen diferentes tipos de fidelidad: al trabajo, al jefe, a los hijos, a tu cónyuge, pero sobre todo a uno mismo y a Dios”, explica. “Además no es un tema inherente a los hombres, ya que las mujeres también confrontan el tema y el dilema dependiendo de su relación, su situación y su cultura”.
-          ¿Qué ha determinado que hayas sido fiel a tu esposa y nunca hayas tenido una relación fuera del matrimonio?
“En mi caso y para mí, es muy simple. Yo amo a mi esposa y mi vida, lo que soy. Me casé comprometido con un proyecto de vida a su lado y ahora, con nuestros tres hijos, con un amor que ha evolucionado más allá de la pasión sexual, hacia el compañerismo, la protección y la paternidad. Entonces ser infiel significaría traicionar mis propios principios y valores, mi autoestima y hacerle daño a las personas que más amo en la vida, empezando por mí”.
Para Roberto la situación con respecto al tema de fidelidad es uno de honestidad, integridad y amor. “Si uno se quiere a sí mismo, ama a la persona con la cual se comprometió, y está decidido a concretar una relación de felicidad en amor, no existe la posibilidad de traicionar esa fidelidad”.
-          Algunos hombres piensan que es IMPOSIBLE ser fiel porque la masculinidad implica tener relaciones sexuales con distintas mujeres.
“Eso es un mito cultural. Yo podría decirte que las mujeres tendrían entonces esa misma potestad. Pero no se trata de ‘sexo’, se trata de ‘integridad, amor y promesa de exclusividad’, si se quiere. Es como pensar que trabajes para dos jefes simultáneamente, que profeses dos religiones o que seas vegetariano y carnívoro a la misma vez. No es congruente.”
Roberto está convencido que la evolución social ha permitido la liberación sexual de las mujeres y ahora el hombre ni siquiera busca la relación eventual. “Las mujeres son las que últimamente buscan relaciones con conocidos, amigos, aun sabiendo que son casados. Las oportunidades siempre están apareciendo. Es uno el que rechaza o acepta la propuesta”.
Otra de las razones que Roberto esgrime a favor de la fidelidad es el modelo familiar. La estructura de una familia bien constituida y padres leales, amorosos y pendientes de los hijos, es fundamento de una personalidad honesta, integra y digna que halla en la fidelidad un valor de extrema importancia en la formación del ser humano.
La fidelidad, así como la felicidad, la plenitud, es un estado mental que se escoge. ¿Es posible entonces ser fiel?
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(*) El nombre verdadero es preservado a petición del entrevistado.

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